miércoles, 26 de marzo de 2014

Entérese sobre el Estrés



Una reacción del sistema nervioso en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante. En realidad, es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia; sin embargo hoy en día se confunde con una patología, debido a que se le asocia con situaciones negativas prolongadas.

Sucede que, cuando esta respuesta natural se da en exceso, se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos, alteraciones en el ánimo, nerviosismo y falta de concentración; en las mujeres puede producir cambios hormonales importantes como hinchazón de mamas y dolores abdominales inferiores entre otros síntomas.

En situaciones más serias, puede incluso ser el causante de trastornos mentales y enfermedades autoinmunes, dermatológicas y degenerativas, como la demencia.

El estrés crónico está relacionado con los trastornos de ansiedad, en cuyo caso es aconsejable consultar a un especialista.

En circunstancias en las que a nuestro cuerpo se le exige una carga extra de energía, ya sea por presiones en el trabajo o por estrés emocional, el organismo agota las reservas de energía y, en consecuencia, agota las reservas de vitamina B, lo que nos vuelve vulnerables a padecer depresión, insomnio o irritabilidad.

Los dulces y el chocolate son lo que más nos apetece comer cuando estamos nerviosos. La explicación es que los glúcidos provocan un aumento de la cantidad de insulina en sangre, lo que permite la secreción de triptófano, un aminoácido que se transforma en serotonina, que calma la depresión y la ansiedad. Los azúcares de digestión rápida producen este efecto casi inmediatamente, por lo que no debe extrañarle que le apetezca comer dulces cuando está triste. No obstante, si no son consumidos de forma inteligente, el resultado es darle a su cuerpo grasas y calorías en exceso.


Síntomas
  •  Opresión en el pecho
  • Sudor en las palmas de las manos
  • Palpitaciones
  • Dificultad para tragar o para respirar
  • Temblor corporal
  • Manos y pies fríos
  • Tensión muscular
  • Falta o aumento de apetito
  • Diarrea o estreñimiento
  • Fatiga



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